Ricardo L. Rodríguez., profesor de Enseñanza Secundaria de Griego. Blog dedicado a mis alumnos/as de Bachillerato, y a estudios de filología griega y tradición clásica. Alguna vez se colarán temas variados e incluso alguna historia personal.
Les doy la bienvenida oficial al Blog de las materias Griego I y Griego II de 1º. y 2º. de Bachillerato.
Les deseo un excelente curso escolar 2020-21 y espero que tod@s consigan sus objetivos personales y académicos. Asimismo, espero, como profesor de estas dos materias, responder a sus expectativas y no defraudarles. Yo estoy muy ilusionado después de tantos meses sin pisar las aulas.
Utopía (Delgriego οὐ, “no”, y τόπος, “lugar”: “lugar que no existe”).
1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema deseable que parece de muy difícil realización.
2. f. Representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano.
Diccionario de la Real Academia Española
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-Ahora vas a ver algo que nunca has visto.
Me tendió con cuidado un ejemplar de la Utopía de More, impreso en Basilea en el año 1518 y en el que faltaban hojas y láminas.
Jorge Luis Borges: «Utopía de un hombre que está cansado»
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Hace unas semanas, en los momentos más inauditos y desoladores del confinamiento, cuando más personas fallecían al día en España y aparecían de noche misteriosos desvelos, me levanté un día pensando en Julio Anguita y tuve un desagradable pensamiento o tal vez fuera eso que llaman «presentimiento» o «premonición». Tal inquietud me avergonzó profundamente. ¿Qué maldito derecho tenía mi mente a prefigurar el fallecimiento posible de alguien?
Tal como escribí hace unos días en mi anterior artículo «Julio Anguita: breve semblanza desde las etimologías griegas», compartí mi inquietud en la intimidad de mi casa con extrañeza y tristeza. Hace justo una semana supe la noticia del ingreso hospitalario de Julio Anguita por problemas derivados de su cardiopatía.
Este blog ya se ha asomado a la «Utopía» en varias ocasiones. Aquí se ha llamado unas veces «Luminolandia», otras, al aristofánico modo, «Cucópolis de las Nubes», aun otras «La Atlántida», «La Isla de los Felices» o, más sencillamente, Marinaleda.
Descansa en PAZ, Julio, y sirvan estas palabras del personaje Praxágora de la comedia Las asambleístas de Aristófanes como homenaje para ti y al mundo con el que soñabas.
PRAXÁGORA: Pues bien; que nadie me contradiga ni interrumpa antes de conocer mi sistema y de haberme oído. Quiero que todos los bienes sean comunes, y que todos tengan igual parte en ellos y vivan de los mismos; que no sea éste rico y aquél pobre; que no cultive uno un inmenso campo y otro no tenga donde sepultar su cadáver; que no haya quien lleve cien esclavos y quien carezca de un solo servicio; en una palabra: establezco una vida común e igual para todos.
Con las prisas, con las malditas prisas, y tras un pequeño paréntesis de un par de cursos escolares alejado de las aulas, en la mayor parte del tiempo, para llevar la jefatura de estudios de mi centro, se me ha olvidado la buena costumbre que guió «Helleniká»: dar la bienvenida al alumnado de 1º. y 2º. de Bachillerato, desearles mucho suerte en su nueva etapa académica y encomendarme a la divinidad para que el curso sea fecundo en experiencias y en aprendizajes. Todavía no es tarde.
Tengo muy pocas fotos con mi padre. Algo que lamento y por lo que ya no puedo hacer nada. Pero a una de ellas le he tomado un cariño muy especial. Salimos los dos en el anfiteatro de Itálica (Sevilla). Él con 44 años y medio; yo con un par de meses, más o menos en julio de 1971. Fue la primera visita turística de mi vida. Espíritu antiguo… ¿Cómo no habría de dedicarme tiempo después a la Filología Clásica? Espero que se sepa leer entre líneas el alegre porqué de la publicación de este pequeño recuerdo.
«Sea esto así: acoge al que llega de fuera con benevolencia, pues al que guía a los demás con dulzura la divinidad desde lo alto lo contempla benignamente.»
Para los niños abandonados o robados, con todo mi amor.
«Muchas de esas niñitas son recogidas por los traficantes en las calles donde sus padres las abandonan al nacer. El abandono de recién nacidos suele ser una necesidad para las familias de recursos demasiado modestos. Para los más pobres, en efecto, una hija no representa sino una boca inútil que alimentar, por lo que está destinada al abandono, aun antes de nacer. «
«Y las niñitas así destinadas al abandono son colocadas, recién nacidas, en una esquina, junto a un montón de basura. Se tiene el cuidado de colocarlas dentro de un cacharro o una marmita, precaución irrisoria para protegerlas de los perros vagabundos.»
«Estos niños abandonados, salvo que sean recogidos por una pareja que desee un hijo, tienen por destino seguro la esclavitud, pues quienes les recogen los venden a los mercaderes de esclavos que recorren las ciudades y el campo para renovar su stock.»
«¿Cuál es el precio pagado por los futuros amos que adquieren estos niños ofrecidos en los mercados de Delos, de Corinto o de Atenas?… 50 dracmas es el precio del niño no formado, al que hay que criar y educar, operaciones prolongadas y costosas;…»
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Textos tomados de Catherine Salles: Los bajos fondos de la Antigüedad. Barcelona, 1983. pp. 47-54.