ΔΗΜΟΣ 441 a. C-Capítulo IV

El séptimo día antes del mes de metagitnión, el peletero Anaxágoras, salía de madrugada de su casa. Le molestaba hacerlo, pero había recibido el encargo de su patrón de llegar a El Pireo al amanecer para recoger un importante cargamento de pieles con el que se esperaba hacer un buen negocio. Tenía que pasar por las cuadras para recoger el caballo del jefe. Unos siete kilómetros desde Atenas hasta el Pireo a través del camino entre los Muros Largos le aguardaban y los caminos por la noche eran muy peligrosos. Avanzaba la madrugada cuando Anaxágoras bajaba las escaleras de la casa del Cerámico en la que malvivía. Ni la escalera ni la entrada del pequeño edificio tenían iluminación. Tropezó allí con un gran bulto y casi cayó al suelo. No era extraño, pues muchos indigentes, mendigos o esclavos se colaban en esta parte de las casas para no dormir al raso. Maldiciendo sintió deseos de sacar su gran cuchillo y degollar a aquel individuo. Se contuvo. Tenía prisa.

Glicónides trabajaba en “Las Diez Campanas”, la taberna más famosa del Cerámico. La orden de su patrón era que se abriera la taberna hacia la mitad de lamadrugada, para atender la recogida de las mercancías que los carreteros repartían antes de que amaneciera: agua, vino, aceite de oliva, miel, pan, sal, embutidos y algunos dulces. Este trabajo le tocaba a Glicónides, pues vivía en la misma vuelta de la esquina de “Las Diez Campanas”. Ya casi terminaba la madrugada y Glicónides resbaló en la entrada de su casa con algún líquido espeso y pegajoso. Pensó: “Malditos borrachos”. Acercó su pequeña lámpara de aceite y descubrió horrorizado el cuerpo inerte de una mujer pequeña y gruesa. Salió corriendo y tuvo la suerte de encontrar a uno de los arqueros escitas que patrullaban por las calles de noche.

 Se avisó a un médico que informó a las autoridades: aquella mujer había sido asesinada; apuñalada repetidas veces por su cuello y su torso con algún tipo de afilado cuchillo.  Era una porné de esa zona, ya mayor, de casi 40 años. Las autoridades pensaron que debía llevarse a cabo una investigación profunda esta vez, para lo que se requirieron los servicios del investigador Aristón.

ΔΗΜΟΣ 441 a. C-Capítulo III: «Eres carne muerta»

Aquella extraña primavera dejó paso a un tórrido verano que agudizó en Atenas las penurias de los más desfavorecidos en el Cerámico.

Las noches invitaban a pasear por las callejas, si bien cualquier ciudadano sensato sabía que eso podía llegar a ser peligroso. Pero el fabricante de armas Licócides quiso tomar el aire aquella primera madrugada del mes de Metagitnión. Se sentía seguro con su cuchillo y una buena antorcha de tea de pino que le daría luz al menos durante media hora. Equipado de esta manera, se lanzó a caminar por aquel oscuro laberinto que era el Cerámico.

Del fondo de un oscuro callejón salía una voz ronca y pastosa. Escuchó algo así como:

«Si tú y tus amigas, esas otras asquerosas pórnai, no me entregáis cinco óbolos cada una a la semana, te voy a… cortaré…»

Licócides, que se había asomado al callejón, contemplaba un afiladísimo cuchillo en la mano del hombre que apuntaba muy de cerca a uno de los ojos de la mujer. Aquel vio la luz de la antorcha y ocultó el cuchillo rápidamente tras su espalda. Se dirigió al transeunte con malas formas:

-¿Y tú qué quieres?

-Deja en paz a esa mujer -dijo Licócides.

-Esto no es una mujer, amigo, es un esqueleto pintado de albayalde.

-Te he dicho que la dejes -insistió Licócides blandiendo su cuchillo y amenazando a aquel hombre.

-¡Quédatela, si quieres, puedes mandarla a ahorcarse, ella tampoco es nada para ti!

Y, antes de perderse en la oscuridad, aquel extraño hombre, le susurró a la mujer: «Eres carne muerta«.

Cuchillos griegos (imagen vista AQUÍ)

ΔΗΜΟΣ 441 a. C.-Plano de Atenas

Elaboración propia a partir de las siguientes fuentes:

• Peter Conolly y Hazel Dodge: La ciudad antigua. La vida en la Atenas y Roma clásicas. Madrid, 1998.

• Catherine Salles: Los bajos fondos de la Antigüedad. Barcelona, 1993.

• Enríquez Íñiguez Rodríguez: Wikipedia (basado a su vez en esto)

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ΔΗΜΟΣ 441 a. C.-Capítulo II

El Cerámico se perfilaba al noroeste de Atenas como un barrio de trazado caótico. Sus callejuelas eran angostas, sinousas, bordeadas de callejones sin salida; calles con escalones, en pendiente, sin canalizaciones ni pavimento. Un lugar pobre, farragoso y superpoblado, de casas pequeñas y bajas. Era el barrio de los artesanos y de la más baja prostitución de la ciudad, al que se dirigían todos aquellos que buscaban el placer por unas pocas monedas. Ciertamente, no poseía aquí Atenas la imagen de la capital del mundo civilizado que ostentaba desde su Acrópolis. Más bien la ciudad parecía un caserío tosco y penoso. Muy cerca de la gloria más esplendorosa se podía encontrar la más horrible miseria.

Calibos, astinomos encargado del Cerámico, quedó como encargado en primera instancia de la investigación del asesinato de la prostituta. Los dos hombres que pidieron ayuda para ella fueron interrogados y se le solicitó al médico que atendió a aquella desventurada mujer cuando aún vivía un informe sobre las causas de su muerte. El médico dictaminó que la mujer había sufrido heridas de cuchillo externas e internas con una gran hemorragia que le había causado finalmente la muerte. No había que darle mayor importancia. Sucedía en ocasiones. A la prostituta se la enterró sin más a las afueras de la ciudad y nadie volvió a hablar de este asunto.

ΔΗΜΟΣ 441 a. C.-CAPÍTULO I

Inusualmente, aquel comienzo de la primavera del año 441 a. C.  estaba siendo fresco y con frecuentes lluvias nocturnas en Atenas, lo que dejaba las calles de la ciudad embarradas y con un aspecto deplorable. Uno de los primeros días del mes de Muniquión, casi al alba, el alfarero Basinos y el carnicero Lisandros, ambos de camino a su trabajo, solicitaron la ayuda de un médico, pues una prostituta había sido atacada en una calle del populoso barrio de El Cerámico. La mujer se desangraba sin remedio por las múltiples heridas de cuchillo que se le habían infligido. Aquella desgraciada, antes de su muerte, acertó a decir que había sido atacada por un grupo de hombres jóvenes. El médico que la atendió informó a las autoridades de lo que había sucedido.

[Barrio de El Cerámico de Atenas, según Peter Conolly y Hazel Dodge (1)]

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(1) Peter Connolly y Hazel Dodge: La ciudad antigua. La vida en la Atenas y Roma clásicas. Madrid, 1998.

ΔΗΜΟΣ 441 a. C.-Reparto de roles del juego

“En la época clásica, las casas, pequeñas y bajas, no pasan de los dos pisos superpuestos… y nada distingue en realidad la casa del rico de la del pobre. Todo lo cual no contribuye, por cierto, a dar un aspecto majestuoso a esta ciudad de Atenas, mucho más cercana, en el momento de su mayor gloria, a un caserío tosco que a una verdadera capital.”

Catherine Salles: Los bajos fondos de la Antigüedad. Barcelona, 1983, p.p. 16-17.

Comienza nuestro juego de rol. A continuación, les dejo el reparto de personajes. Pronto caracterizaremos a cada uno de ellos. Saludos.

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ΔΗΜΟΣ 441 a. C. (Reparto de personajes y puntos del juego)

“En la época clásica, las casas, pequeñas y bajas, no pasan de los dos pisos superpuestos… y nada distingue en realidad la casa del rico de la del pobre. Todo lo cual no contribuye, por cierto, a dar un aspecto majestuoso a esta ciudad de Atenas, mucho más cercana, en el momento de su mayor gloria, a un caserío tosco que a una verdadera capital.”

Catherine Salles: Los bajos fondos de la Antigüedad. Barcelona, 1983, p.p. 16-17.

Comienza nuestro juego de rol. A continuación, les dejo el reparto de personajes. Pronto caracterizaremos a cada uno de ellos. Saludos.

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Actualización (15 de abril de 2013)

Nº.  3, DEL AR, I.: Puntos de juego= 38 ; puntos de propiedades= 34

Nº. 7, GV, C.: Puntos de juego: 12; puntos de propiedades= 17

*El personaje Clísmetes, pescadero, no participa en el juego. Queda como personaje del juego sin jugador