HELLENIKÁ. RECURSOS DE GRIEGO ANTIGUO

Materiales y recursos de Griego para enseñanza secundaria. Experiencias, propuestas didácticas y temas variados.

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    Ricardo L. Rodríguez., profesor de Enseñanza Secundaria de Griego. Blog dedicado a mis alumnos/as de Bachillerato, y a estudios de filología griega y tradición clásica. Alguna vez se colarán temas variados e incluso alguna historia personal.

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Posts Tagged ‘Bécquer’

DOS LECTURAS DE LA NIÑEZ DE LUIS CERNUDA (I)

Posted by Ricardo en 10 septiembre, 2009

Para la poetisa que se convirtió en Jueves

Lo dije aquí («Otro día les hablaré de mi abuela y mi tía-abuela maternas, de un famoso poeta sevillano, de unos libros de Gustavo Adolfo Bécquer y de un tratadito de mitología del s. XIX.»), así que alguna vez tenía que cumplirlo.

Luis Cernuda Bidón nació en Sevilla (21 de septiembre de 1902) y vivió en la calle Conde de Tójar , hoy Acetres, el actual nº. 6., hasta casi los 13 años de edad.

(Pulsa las imágenes para verlas ampliarlas)

Casa Cernuda Calle Acetres

Casa Cernuda Calle Acetres II

Después, la familia se trasladó a lo que por entonces eran las afueras de la ciudad, hoy barrio del Porvenir, a una de las viviendas del Cuartel de Zapadores o Ingenieros.

Panorámica de la casa de Cernuda en el Parque de María Luisa

Ahí vivió Luis Cernuda hasta el año 1920 cuando tras la muerte de su padre, Bernardo Cernuda Bauzá, la familia se traslada de nuevo a una casa más pequeña en la céntrica calle Aire.

Sevilla calle Aire

Casa de Cernuda en la calle Aire

Casa de Cernuda en la calle Aire II

En abril de 1913 fueron trasladados desde Madrid hasta Sevilla los restos mortales de Gustavo Adolfo Bécquer y de su hermano Valeriano. Este hecho reavivó, al parecer, el interés por los escritos del poeta romántico en Sevilla, noticia que recoge Cernuda en el relato «El poeta» de su obra Ocnos (las negritas son mías. Con «Albanio» Cernuda se refiere a sí mismo de niño):

Aun sería Albanio muy niño cuando leyó a Bécquer por vez primera. Eran unos volúmenes de encuadernación azul con arabescos de oro, y entre las hojas de color amarillento alguien guardó fotografías de catedrales viejas y arruinados castillos. Se los habían dejado a las hermanas de Albanio sus primas, porque en tales días se hablaba mucho y vago sobre Bécquer, al traer desde Madrid sus restos para darles sepultura pomposamente en la capilla de la Universidad.

Por tanto, Luis Cernuda leyó a Bécquer por primera vez con 11 años.  Esos libros de los que nos habla se los dejaron a Ana y Amparo, hermanas de Luis, sus primas hermanas Luisa y Brígida de la Sota Bidón.  No sé hasta qué punto estaba bien «nutrida» (1) la biblioteca del padre de Cernuda, pero, al parecer no incluía a Bécquer, así que Ana y Amparo recurrieron a sus primas que, ya adultas con 24 y 23 años respectivamente, se los prestaron

Es necesario que abra aquí un pequeño paréntesis, porque sospecho que a las manos del pequeño Luis Cernuda pudo llegar, de niño y de joven, algún que otro libro más de sus primas hermanas, de lo que hablaré en la segunda parte de este artículo. Cuando murió en 1923 el padre de Luisa y Brígida, Mariano de la Sota y Lastra, la familia se traslada de domicilio.  Una de sus hijas , Luisa, recordaba «lo bien que se había portado con ellas el primo Luis» ayudándoles a recoger y embalar la extensa biblioteca de la casa. Luis Cernuda tenía entonces 21 años. Esto último no está recogido en ninguna de las biografías de Luis Cernuda, son recuerdos de familia que me cuenta mi madre, hija de Brígida de la Sota, prima hermana, como hemos dicho, de Luis Cernuda.

Los libros de Bécquer a los que hace referencia Luis Cernuda en «El poeta» eran de su prima Brígida. Se los regaló a ella su padre. Son tres volúmenes editados por la Librería de Fernando Fe en Madrid; la cuarta edición del año 1885. Esta cuarta edición está «aumentada con varias poesías y leyendas».

(Pulsa sobre las imágenes para verlas ampliadas)

Portada del primer tomo "...de encuadernación azul con arabescos de oro..."

Portada del primer tomo "...de encuadernación azul con arabescos de oro..."

Página 1

El tomo primero contiene una introducción y 11 leyendas. El segundo tomo contiene otras 11 leyendas y las Cartas desde mi celda. El tomo tercero contiene 9 artículos literarios, 78 poesías y 6 escritos varios («Roncesvalles», «Las dos olas», «Los dos compadres», «Castillo real de Olite», «El Carnaval» y «La noche de los difuntos»). (2)

(Pulsa sobre las imágenes para verlas ampliadas)

Tomo I Tomo II Tomo III

«…las hojas de color amarillento». (Reparen los/as amigos/as clasicistas en la cabeza de Atenea del dibujo del índice del tercer tomo).

Atenea Minerva

Estas últimas imágenes que has podido ver -y también descargar-  pertenecen a los libros que estuvieron en la exposición  «Entre la realidad y el deseo», homenaje a Luis Cernuda por su centenario, que se inauguró en el Convento de Santa Inés de Sevilla el 21 de septiembre de 2002 . Estos son los libros a los que hace referencia Cernuda. Son los libros mismos que él tuvo en sus manos, tal vez sentado o tumbado boca abajo en  alguna parte de su casa de la calle Acetres. y tal vez soñando su mente de niño con los ojos verdes que «tuvo Minerva», con ninfas,  náyades, seres imposibles; con las  saetas voladoras de Cupido  y la lira de Apolo, con el padre Océano y con las estatuas modeladas por un «cincel que el bloque muerde». En ellos se inició en la lectura de una poesía nebulosa, onírica y de reminiscencias míticas escrita por otro poeta sevillano, Bécquer (3). Son aquellos libros que leyó con apasionado interés, descubriendo en sus palabras brumas mitológicas, un algo mágico y «misterioso», que después impregnaría sus letras (4), como el propio Cernuda nos dice en «El poeta»:

Entre las páginas más densas de prosa, al hojear aquellos libros, halló otras claras, con unas cortas líneas de leve cadencia. No alcanzó entonces (aunque no por ser un niño, ya que la mayoría de los hombres crecidos tampoco alcanzan esto) la desdichada historia humana que rescata la palabra pura de un poeta. Mas al leer sin comprender, como el niño y como muchos hombres, se contagió de algo distinto y misterioso, algo que luego, al releer otras veces al poeta, despertó en él tal el recuerdo de una vida anterior, vago e insistente, ahogado en abandono y nostalgia.

¿Quién que ame la poesía, la mitología, las leyendas, Grecia, no se sentiría orgulloso de custodiar este preciado tesoro?

"Amor eterno", poesía de la página 273 del tercer tomo

"Amor eterno", poesía de la página 273 del tercer tomo

_________________________

(1) Silver, Philip W.: Luis Cernuda: el poeta y su leyenda. Madrid, 1995, p. 20.

(2) El índice detallado de esta edición se puede encontrar en Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas, edición de José Carlos de Torres. Clásicos Castalia, Madrid, 1982, pp. 63-64.

(3) Para un estudio de la influencia de la mitología y el mundo clásico en Bécquer, véase Villarrubia Medina, A.: «Los mitos clásicos en algunos poetas románticos (Gustavo Adolfo Bécquer y otros escritores) en Actas del IX Coloquio Internacional de Filología Griega «Influencias de la mitología clásica en la literatura española e hispanoamericana del s. XIX». Madrid, UNED, 1998.

(4) Trabajo desde hace tiempo inconstantemente en un estudio sobre la influencia de la mitología clásica en la poesía y prosa poética de Luis Cernuda. A continuación se puede descargar, para quien tenga interés,  un archivo en pdf que contiene una selección de bibliografía que he recopilado sobre este tema:

Bibliografía de Luis Cernuda

NOTA: Todas las fotografías e imagénes escaneadas son mías.

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EL MONUMENTO A BÉCQUER DEL PARQUE DE MARÍA LUISA DE SEVILLA

Posted by Ricardo en 10 febrero, 2008

Si van a Sevilla y visitan el Parque de María Luisa, les recomiendo que no dejen de ver esta joya escultórica. Entren por la entrada principal del Parque, la de la Exposición Iberoamericana de 1.929, es decir, a la que se accede por la Pasarela, la confluencia de la Glorieta de El Cid, la plaza de San Diego, la calle Palos de la Frontera, y las avenidas de Portugal y María Luisa. Entren por allí y no dejen de admirar los gigantescos laureles de indias. Al entrar en el parque por su avenida principal, la de Isabel la Católica, a unos 50 metros a la derecha encontrarán una calle, la Avenida de Gustavo Adolfo Bécquer. Enseguida verán su monumento. Para una mejor contemplación, recomiendo que se visite por la mañana muy temprano recién amanecido el día o al atardecer. Si hubiera bruma o niebla, mejor que mejor.

mapa-de-sevilla.gif

Este monumento fue promovido por Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, quienes en 1909 cedieron los derechos de autor de su comedia La rima eterna para costear una estatua de Bécquer. El monumento fue llevado a cabo por el eximio escultor Lorenzo Coullaut Varela, que también era sevillano (como Bécquer y los hermanos Álvarez Quintero), de Marchena concretamente.

Sobre una pilastra clásica se encuentra el busto del poeta romántico, envuelto por una capa española plegada sobre el hombro izquierdo a modo de una clámide griega. A su izquierda toca la pilastra la figura de Eros-Cupido niño en bronce disparando sus flechas. Un poco más a la izquierda se encuentran sentadas tres figuras de mujer de tamaño natural (mal identificadas muchas veces con Las Gracias), que representan al amor que llega, al amor que vive y al amor que muere. A la derecha del busto de Bécquer encontramos una escultura en bronce de Eros-Cupido adulto tumbado en el suelo, agonizando, herido por las propias flechas del amor. Todo el monumento está situado rodeando a un gigantesco y centenario taxodio o ciprés de los pantanos, plantado en 1850.

monumento-a-becquer-pequeno.jpg

Recomiendo que se sienten en algunos de los bancos que rodean al monumento, mejor en el que esté más de frente al busto Bécquer. Cuando lleven un rato allí, si la presencia de otras personas no ha perturbado la magia del lugar, puede que sean testigos de la leyenda…En las tardes de otoño e invierno, cuando el sol cae, casi ya a oscuras, una brisa estremecedora y fría mece las hojas y ramas de los árboles, que parecen susurrar en su melodía la voz melancólica del poeta lamentando su desdicha:

Podrá nublarse el sol eternamente;

podrá secarse en un instante el mar;

podrá romperse el eje de la tierra

como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte

cubrirme con su fúnebre crespón;

pero jámás en mí podrá apagarse

la llama de tu amor.

——————————————————————————————
Fuentes: De Mena, José María: Sevilla, estatuas y jardines. Sevilla, 1993, pp. 120-123.

 

 

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